¿Cómo medir los DDHH?


Un indicador es una medida del comportamiento de una variable o conjunto de variables en un lugar y tiempo determinados[1]. El indicador es la mínima medida con significado de un sistema que comunica el avance de una sociedad en resultados y procesos. Pueden ser de orden cuantitativo o cualitativo, y pueden ser simples o compuestos.


Un sistema de indicadores no es válido por si mismo. Los indicadores son la expresión de un sistema de información. El sistema de información es, a su vez, un instrumento para la toma decisiones de una organización. Para poder definir correctamente un sistema de indicadores es necesario hacer explícitas las características de la organización de la cual serán instrumento, identificar los actores y especificar claramente las instituciones. Específicamente, los indicadores de los derechos humanos evalúan si las personas viven con dignidad y libertad, así como el grado en que los actores fundamentales han cumplido sus obligaciones de crear y mantener mecanismos sociales justos que garanticen lo anterior[2].


Los indicadores en el ámbito de los derechos humanos se introdujeron mediante la Resolución AG/RES. 2074 del 2005, en la cual se aprobaron las "Normas para la confección de los informes periódicos previstos en el artículo 19 del Protocolo de San Salvador".

Relevancia de los indicadores [3]

Los indicadores estadísticos son un poderoso instrumento en la lucha por los derechos humanos. Permiten que las personas y las organizaciones, desde los activistas de base y la sociedad civil hasta los gobiernos y las Naciones Unidas, distingan los actores importantes y les exijan responsabilidad por sus acciones.
Los indicadores se pueden usar como instrumento para:

• Permitir la evaluación de la situación de los DDHH.
• Entender la capacidad de los individuos y los grupos, como « titulares de derechos » para revindicar la capacidad de las instituciones estatales como «responsables de la obligación», para promover y proteger efectivamente los DDHH.
• Identificar y utilizar los indicadores para garantizar la integración de los principios de los DDHH en la concepción, la puesta en funcionamiento y el control de los programas del PNUD.
• Velar por el cumplimiento de los principios fundamentales de los derechos, al determinar si se están realizando los derechos sin discriminación, y con suficientes progresos, suficiente participación popular y recursos efectivos.
• Reconocer la necesidad de desarrollar indicadores específicos para controlar la conformidad de los Estados con las obligaciones internacionales.
• Velar por el acceso seguro, por medio de las normas e instituciones, las leyes y un entorno económico propicio que convierta los resultados derivados de la satisfacción de las necesidades en derechos efectivos.
• Formular mejores políticas y vigilar los progresos realizados.
• Determinar los efectos no deseados de leyes, políticas y prácticas.
• Advertir de antemano posibles violaciones y poder adoptar medidas preventivas.
• Fortalecer el consenso social respecto de decisiones difíciles que deban adoptarse frente a la limitación de recursos.
Sacar a la luz cuestiones que han sido desatendidas o silenciadas.

En este orden de ideas, la utilización de indicadores de derechos humanos trae aparejada una serie de ventajas en la implementación, medición y desarrollo de los mencionados derechos.

Según el Instituto de Derechos Humanos, el “uso de indicadores de progreso ha contribuido a las investigaciones con algunas ventajas como: (i) posibilitar su realización simultánea en el conjunto de países, garantizando un nivel de razonable de comparabilidad de los resultados; (ii) utilizar datos de fuentes duras, como legislación, medidas administrativas, documentos oficiales, libros de texto, lo que disminuye los riesgos inherentes a la interpretación y/o al manejo de opiniones, y (iii) medir los esfuerzos que se han hecho en cada país y no únicamente los resultados”[4]

Distintas formas de medir los derechos humanos

Por su carácter instrumental, un sistema de indicadores tiene dos elementos básicos. En primer lugar, un marco conceptual que le da sentido, por medio del cual el indicador significa un estado, un avance, un cumplimiento, un nivel de logro, como resultado o como proceso. En segundo lugar, unos estándares que son la expresión de criterios valorativos que califican la medida que proporciona el indicador desde un punto de vista técnico, político, económico, jurídico o ético, o en general, de una rama del saber del humano. Por eso, la “objetividad” del indicador debe buscarse en la calidad científica de la medición.

Tal como lo expone Pérez Murcia[5], existen múltiples propuestas de criterios técnicos que deben cumplir los indicadores para monitorear el disfrute de los derechos y para valorar el cumplimiento de las obligaciones de los Estados. Para las Naciones Unidas[6], los indicadores de derechos humanos deben, entre otros requisitos, poder medir los principios básicos de igualdad y no discriminación, indivisibilidad, rendición de cuentas y participación. Sin embargo, y como bien lo señala Sarmiento[7], más que optar por una clasificación u otra, lo importante a la hora de medir derechos humanos es hacer explícitos los criterios que se adoptan.

Un criterio fundamental para saber que tan adecuado es un sistema de indicadores es asegurarse que corresponde al proceso de toma de decisiones para el cual se diseña y utiliza. Cuatro dimensiones operativas se deben definir para cada sistema: el objetivo misional (operacionalizado como resultado); el área de decisiones para la cual se diseña; el nivel de autoridad de quien tomará las decisiones y finalmente, la tecnología con la cual se va a captar y manejar la información.

Desde el punto de vista de su aplicación, como condición necesaria deben ser calculables (factibles), fácilmente entendible (simples), objetivos (científicamente replicables), y que permita comparaciones geográficas y temporales (comparables). De manera general los criterios de calificación de los indicadores dependen de la finalidad y el área de decisión a la que se aplica.

Por último, es importante incluir la tesis de Landman que sostiene que los derechos humanos se pueden medir en principios (es decir, a medida que se establecen en los documentos jurídicos nacionales e internacionales), en la práctica (en la medida en que son efectivamente gozados por los individuos en las naciones) y como resultados de la política de gobierno. Se hace hincapié en la necesidad de suministro continuo de información de alta calidad al menor nivel de agregación, el intercambio de información y la inversión a largo plazo en los esfuerzos de recopilación de datos.



[1] Alfredo Sarmiento. “El uso de encuestas e indicadores sociales” en Indicadores sociales y de gestión, Bogotá. DANE, 1995, pág 7.
[3] Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Informe sobre desarrollo humano (2000) Uso de indicadores para exigir responsabilidad en materia de derechos humanos.  http://hdr.undp.org/en/media/HDR_2000_ch5_ES.pdf. Fecha de consulta: 5 de junio de 2011
Landman.  Measuring Human Rights: Principle, Practice, and Policy. Human Rights Quarterly (Vol. 26, No. 4, 2004).
[4] Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Indicadores de progreso en derechos humanos.  http://www.iidh.ed.cr/multiCom/paginaInterna_IIDH.aspx?pagina_destino=ASP.VisorContenidos_ascx&NombrePagina=indicadores&IdPortal=6 . Fecha de última consulta: 5 de junio de 2011.

[5] Pérez, Murcia L. E, Rodrigo Uprimny, and Garavito C. A. Rodríguez. Los Derechos Sociales En Serio: Hacia Un Diálogo Entre Derechos Y Políticas Públicas. Bogotá, D.C: Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad, 2007. Print.

[6] Naciones Unidas. Report on Indicators for Promoting and Monitoring the Implementation of Human Rights, HRI/MC/2008/3, Nueva York, ONU, 2008, pág 4-5.
[7] Sarmiento. “El uso de encuestas e indicadores sociales” en Indicadores sociales y de gestión, Santafé de Bogotá : DANE, 1998